Después de poner fin a una década de gran incertidumbre política y con la decisiva investidura de Alassane Ouattara como presidente de la República en el pasado mayo de 2011, Costa de Marfil está dispuesta a recuperar su apodo de perla de África, con numerosas razones para el optimismo.
Y es que el territorio antes conocido como 'Terre d'Éburnie', situado en la batería de países emergentes, posee uno de los mayores potenciales económicos del continente gracias a su atractivo para los viajeros y sus recursos naturales como el petróleo, el gas, el diamante, el magnesio, el cobalto y la bauxita. Y eso sin olvidar su condición como primer productor de cacao del planeta.
Costa de Marfil ofrece ingredientes decisivos, como sus 550 kilómetros de playas, su clima agradable (26º de media), sus sorprendentes parques y reservas naturales, su mosaico étnico y su superficie de tamaño mediano (similar a Alemania e Italia), que permite ofrecer paisajes muy variados y recorridos turísticos completos en un tiempo razonable.
Costa de Marfil se adapta por igual a quienes sueñen con relajarse en playas paradisíacas como aventureros o amantes de la cultura.
Al sur, el país puede presumir de un litoral de unos 550 km de largo sobre el Golfo de Guinea, con playas consideradas entre las más bellas y variadas de la región. Arena fina, cocoteros y farniente en el sudeste (Abidján, Bassam, Assinie, Assouindé); acantilados rocosos y calas arenosas y una naturaleza impresionante en el suroeste (Grand-Lahou, Fresco, Sassandra, San-Pedro), y 300.000 hectáreas de lagunas.
Su riqueza cultural la garantizan las costumbres ancestrales de sus 60 etnias, que dan ritmo a la vida cotidiana de las poblaciones locales y constituyen uno de los intereses turísticos esenciales del país. Sus rituales, creencias y danzas tradicionales pueden combinarse con la versión más contemporánea de la escena artística de Abiyán (música, teatro y artes plásticas) y con la inmersión en su barrio de los negocios, ‘Le Plateau’, considerado como el ‘Manhattan de África’.
Sus parques y reservas nacionales (6% de su territorio), garantizan disfrutar de una fauna y flora excepcional, con dos millones de hectáreas de arboladas sabanas, bosques exuberantes, 2.500 especies vegetales y el encuentro con los 'cinco grandes' africanos (elefante, león, pantera, rinoceronte y búfalo), así como primates endémicos y especies raras de pájaros, reptiles y batracios.
Su condición como primer productor de cacao del planeta y la omnipresencia de la agricultura son la mejor excusa para una inmersión completa en el día a día de los marfileños en circuitos de agroturismo al corazón de sus plantaciones de café, cacao, palmerales, plantaciones de piñas...
El turismo de negocios es otro de sector en expansión gracias a sus numerosos centros de conferencias y congresos perfectamente equipados, particularmente en Abidján, con aforo para hasta 4.000 personas, alojamientos exclusivos y grandes argumentos turísticos.
Y eso sin olvidar su atractivo como destino para turismo deportivo, ya que el litoral de Costa de Marfil permite la práctica de cualquier actividad acuática y lacustre imaginable, así como participar en el maratón de Abiyán, el rally de ‘Costa de Marfil Bandama’ e incluso recorridos de golf de 18 hoyos.
Fuente: Expreso. Diario de Viajes y Turismo
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