sábado, 27 de noviembre de 2010

Foyer AKWABA


Situado al norte de la ciudad de Abidjan, el barrio de Abobo es uno de los más degradados de la capital marfileña. Allí se encuentra el Foyer Akwaba (albergue Akwaba) un lugar donde se respira paz y donde la ayuda a los más jóvenes esta latente desde que uno entra por la puerta. Se trata de un centro de acogida para niños que viven literalmente en la calle, indigentes, que han sido abandonados o que por motivos dramáticos han dejado sus casas.

Nuestra  visita a estas instalaciones fue imprevista y aún así valió la pena. Llegamos a media tarde y allí nos esperaban los padres Jesús y César acompañados de la religiosa Mª Dolores.

El centro abrió sus puertas en el año 2000 por iniciativa de la orden de los Hermanos de Lasalle y a través de la ONG Proega-Proyde que desde España es la que se encarga de los proyectos que se llevan a cargo en este centro.  Los muros del Foyer separan la cruda y dura realidad de la calle ivoriense de un espacio donde reina la tranquilidad y los jóvenes pueden convivir sin miedo a la llegada de la noche.

Las puertas del foyer siempre están abiertas y los jóvenes entran y salen libremente. En este albergue los chavales encuentran hospitalidad, educación, formación y sobre todo la posibilidad de reinserción.

Este foyer solo admite a niños de 7 años en adelante residentes en su mayoría en Abidjan aunque también llegan al centro jóvenes de otras regiones del país o incluso de Mali o Benin. "Las instalaciones no nos permiten tener a niñas, no están adaptadas para poder tener chicos y chicas juntos", nos explicó uno de los religiosos.

Las vivencias y el pasado de la mayoría de estos jóvenes esta lleno de penurias, tristeza y sobre todo malas relaciones familiares. Desde el centro se intenta localizar a la familia de los chicos, y se intenta una reinsercción familiar en la que el centro hace de mediador. En lo que va de año han conseguido reinsertar a 22 jóvenes que han vuelto a sus casas. "Los chicos que llegan aquí pueden permanecer en nuestro centro hasta un máximo de 3 años. Pero algunos se fugan y no regresan. Por desgracia muchos vuelven a la calle", nos dijo el director del albergue.

Los religiosos cuentan además con la ayuda de personal que cada día acude al centro y de un equipo de educadores marfileños. Pistas polideportivas, una biblioteca, cocina, almacén, aulas, dormitorios, aseos, zonas verdes forman estas instalaciones que se convierten en un paraíso en medio de Abidjan donde además los chicos tienen aseguradas tres comidas diarias.

En el albergue los jóvenes tienen además la oportunidad de iniciar o retomar sus estudios en la escuela que dispone de 80 plazas para niños de entre 7 y 14 años, en su mayoría viven literalmente en la calle, aunque a esta escuela también acuden niños del barrio. Muchos no saber leer ni escribir, y cuando finalizan sus estudios en el Foyer Akawaba pueden continuar en el centro de formación que la Fundación Amigo, también española, tiene en el barrio de Yopougon. Por su parte los chavales participan en las tareas de mantenimiento y limpieza de las instalaciones.

Sin duda una de las cosas que más nos sorprendió en la labor que desarrollan estos religiosos españoles es como rescatan a los jóvenes de las calles. Todos los viernes de madrugada salen a patrullar por las zonas más conflictivas de los barrios de Cocody y Riviera, donde la prostitución y la delincuencia son las reinas de la noche. "Los críos se agrupan en álgunas de las calles más concurridas de estos barrios, tienen miedo y se concentran para dormir en la calle con cartones en el suelo. Nosotros salimos y cuando los localizamos les damos la oportunidad de subir a nuestro coche voluntariamente y vernir al albergue", nos explica la religiosa.

Sin duda una realidad demasiado dura para almas tan jóvenes.

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