jueves, 6 de febrero de 2014

Cuatro orfanatos y dos orfelinatos estatales para los niños más desfavorecidos

El número de huérfanos o menores abandonados en Costa de Marfil a raíz de los últimos conflictos armados que ha atravesado el país en la última década es dificil de saber actualmente. Hoy en día el gobierno marfileño a través del Ministerio de la Solidaridad, la Familia, la Mujer y el Menor encabezado por la ministra Anne Desirèe Ouloto, es responsable de cuatro centro públicos que a pesar de ser considerados orfanatos, albergan a un elevado número de menores que no son realmente huérfanos y cuyos padres no han renunciado a su tutela legal, simplemente los han dejado a cargo del centro al no disponer de los medios suficientes para mantenerlos.
Orfanato de Yopougon
Los centros denominados "pouponnieres" se ubican en Abidjan, Dabou y Bouake. En la ciudad de Abidjan se encuentran las pouponnieres de Yopougon y Adjamé situadas en dos de los barrios más necesitados de la capital administrativa del país. Ambos centros albergan a menores en su mayoría de 0 a 6 años de edad, aunque también hay algunos niños de otras edades, e incluso menores discapacitados de mayor edad.

La pouponniere de Yopougón, que abrió sus puertas en el año 1978, acoge a niños huérfanos, a hijos de madres toxicómanas, hijos de mujeres encarceladas o de mujeres enfermas psíquicas. Actualmente acoge a 70 menores de los que 30 padecen alguna minusvalía psíquica o física.

A 40 kilómetros de Abidjan y en una pequeña localidad se encuentra la pouponniere de Dabou, que también depende del ministerio y que está en funcionamiento desde el año 1950. En este centro, con capacidad para 70 menores, también residen desde bebés hasta niños de 6 años.

El cuarto y último centro estatal se encuentra en la localidad de Bouaké a 400 kilómetros al norte de Abidjan y en una de las zonas más conflictivas del país durante los enfrentamientos armados. Este centro abrió sus puertas en 1974, con una capacidad para 50 menores y es de los cuatro el que alberga al mayor número de niños con discapacidades.

Todos los centros se sostienen gracias a las partidas presupuestarias destinadas cada año por el ministerio y a las donaciones privadas o de instituciones y Ong's que desinteresadamente colaboran en la compra de víveres o material. 

Niños de más de 6 años:

Orfelinato de Niños de Bingerville
Además de estos cuatro orfanatos públicos existen otros dos centros de acogida de menores de más de 6 años uno situado en la localidad de Bingerville a 13 kilómetros de Abidjan, y otro en Grand Bassám a 30 kilómetros de la capital. 

El orfelinato de Bingerville abrió sus puertas en 1953 y se sitúa en el inmueble que anteriormente fue utilizado como el Palacio Gubernamental. Este centro alberga exclusivamente a niños varones huérfanos, de entre 6 y 15 años, total o parcialmente, cuyos padres no son capaces de cuidar a sus hijos por cuestiones económicas o por padecer alguna enfermedad de carácter psicológica. El Estado de Costa de Marfil se encarga del mantemiento del este centro pero aún así necesita de donativos y aportaciones privadas para su correcto funcionamiento y disponer de los medios necesarios. Los menores viven en este orfelinato y sólo en vacaciones dejan el centro para vivir unos días "en familia" con algún familiar.

La degradación de las instalaciones y la falta de conservación de este centro hacen necesaria una inversión importante para llevar a cabo obras de reforma y mejora del orfelinato, que actualmente acoge a 198 menores.
Orfelinato de Niñas de Grand Bassam
El estado también cuenta con otro Orfelinato de Grand Bassam destinado a acoger exclusivamente a niñas. Algunas de las menores que residen en el centro llegan desde el orfanato de Yopougón una vez que cumplen los 6 años. Las 140 niñas que alberga el orfelinato tienen entre 6 y 14 años y además de cursar estudios primarios y secundarios, las mayores estudian diversas especialidades de formación profesional para poder tener una oportunidad de reinserción laboral en el futuro.

Situado en el antiguo barrio residencial de Grand Bassam, el edificio que acoge el centro se encuentra en muy malas condiciones de conservación.

jueves, 2 de enero de 2014

Niños explotados en el país del cacao

Al final de Duékoué, localidad marfileña de la zona Oeste, destacada por la producción del cacao, tres adolescentes salen de un autobús destartalado. Los jóvenes, visiblemente agotados por un viaje de 30 horas a través de carreteras polvorientas, parecen perdidos. "Venimos a encontrarnos con nuestro tío", dice Ouédraogo, uno de los jóvenes. El dice que tiene 16 años, aunque nosotros calcularíamos que al menos tiene tres menos. Un hombre rápidamente se acerca y los coge diciendo "son mis hijos".


Esta no es una escena ausente de contenido, sino más bien propia de los niños víctimas del tráfico de menores para la explotación. Marie Gbè, vendedora de naranjas, no se sorprende. "Yo los veo a menudo, vienen a trabajar a los campos de cacao, es la recolecta", dice la joven.

Yao Bi Gohi, miembro de una ONG marfileña que ayuda a los disminuidos y lucha contra la explotación de los niños, confirma que "los niños llegan desde Burkina Faso, Mali, Niger. Cuando se pregunta a los agricultores, éstos dicen que son sus hijos", explica la trabajadora. En una región donde más de la mitad de los nacimientos no son declarados, es difícil de probar las irregularidades

Consentimiento paterno

Ignoramos el número de niños que pueden verse involucrados en esta trata de menores, pero lo que es cierto es que los padres son conocedores y lo consienten. "Hay una gran red detrás de todo esto. El menor hace un contrato, le  pagan su viaje y a cambio el trabaja. Los padres son demasiado pobres como para mantener a sus familias y les dicen que en Costa de Marfil hay dinero y que los niños enviarán a casa lo que ganen" señala  Gohi.

Ousmane Ouattara es alto y musculoso, no tiene el cuerpo de un niño, pero a sus 15 años tiene claro una cosa "yo he venido a trabajar al campo hace un año". Originario de Ouahigouya, en el norte de Burkina Faso, su patrón pagó el billete de ida hasta Duékoué. «El dueño de la explotación agrícola se ha negado a pagarme, apenas me daba para comer a cambio de mi trabajo", dice el joven. Ousmane robó entonces 5.000 Fcfas para poder comprar un billete de autobús y huir del pueblo para buscar trabajo en otro lugar.

En la carretera un militar controla e idetifica a los pasajeros de los autobuses, pero Ousmane no tiene ningún documento de identificación. "Vosotros los extranjeros os paseais por nuestro país sin identificaros", dice el militar que obliga al joven bajar del autobús. Ousmane tiene que pagar 500 Fcfas para poder continuar su viaje, pero el militar no se pregunta ni muestra interés de como es que un adolescente menor de edad y extranjero viaja solo.

Inseguridad

En la región de Costa de Marfil que ha conocido los episodios más violentos de la crisis marfileña de 2010-2011, los controles son numerosos y los militares tienen más preocupaciones que luchar contra el tráfico de niños. "El fenómeno de la trata de menores ha aumentado después de la crisis y llegan autobuses llenos de menores", explica Clément Dago, responsable de la protectión de niños para la ONU en Costa de Marfil.

El pueblo de Blenimehouin está sólamente a 25 km de Duékoué, pero son necesarias 3 horas de viaje para llegar por unas carreteras realmente complicadas. Aquí todos ven pasar los autobuses con destino al Monte Péko, donde el jefe de la milicia, Amadé Ouérémi ha destruido el bosque protegido para cultivar cacao. Por su parte, el pasado mes de junio el Gobierno marfileño ha enviado al ejército para controlar el monte y frenar el avance de los cultivos de Ouérémi . A la espera de una solución se ha autorizado a 27.045 personas censadas permanecer en el lugar. La mitad de estas personas son menores y el 95% proceden de Burkina Faso.

"Ciertos niños permanecen en el bosque desde que llegaron. Ellos trabajan gratuitamente hasta que le atribuyamos el terreno al que lo explota", señala Dago de la ONU. Este fenómeno no es único. Existen otras zonas como estas en el país, concretamente en el Parque Nacional de Tai al sueroeste de Costa de Marfil donde se permite a los agricultores explotar ilegalmente los terrenos y utilizar como mano de obra a decenas de menores. 

El Centro Social de Duékoué, responsable de la protección de los menores de la región, gestiona este problema como puede. En junio de este año cinco jóvenes procedentes de Benin fueron localizados y dos de ellos salvados de los campos de cacao. Cinco meses más tarde, las autoridades todavía no saben que hacer con otros tres menores de 13, 15 y 17 años ante la falta de un acuerdo de repatriación. El personal del centro se niega a dar más datos para proteger a los jóvenes mientras el fenómeno se acentúa.

Condiciones horribles

En el campo no hay agua potable, ni electricidad, los jóvenes duermen a la intemperie cubiertos por hojas y ramas, en una región donde el paludismo es endémico y donde las picaduras de serpientes son mortales. "Ellos viven en condiciones horribles y no hay ninguna medida sanitaria. Le prometen sobre 300 euros por cada cosecha, pero le retienen el dinero usando distintas tácticas y muchos se encuentran sin medios económicos", dice Yao Bi Gohi, de Asistencia Marfileña a los Dismonuidos y a la Infancia, una ONG que lucha contra la explotación laboral infantil. 

Costa de Marfil y las multinacionales del chocolate no se han quedado de brazos cruzados ante el trabajo infantil en el campo. Los grandes exportadores, como Nestlé, Hershey y Cargill, Han fundado la Inicitiva Internacional del Cacao que genera más de 3 millones de dólares en proyectos cada año. El gobierno marfileño ha multiplicados sus esfuerzos a través de acuerdos de repatriación con Burkina Faso, campañas publicitarias y leyes más estrictas. "Existe una voluntad honesta de cambiar las cosas" dice Louis Vigneault-Dubois, responsable de comunicación de UNICEF.

A pesar de todo es imposible garantizar que los 600.000 productores que trabajan en el sector no utilicen mano de obra infantil, así como los numerosos intermediarios entre productores y exportadores que dificultan la búsqueda de estos niños y jóvenes..


"La lucha es larga y hace falta cambiar la mentalidad, para lo que se necesita tiempo sobre todo entre la población más pobre y vulnerable" señala Vigneault-Dubois. El agricultor medio gana 1.500 dólares por año, cantidad con la que debe cubrir las necesidades de su familia y de sus terrenos. Difícilmente se le puede pedir que prescinda del trabajo de los jóvenes extranjeros que para él son imprescindibles para su propia supervivencia. 

Fuente: La Presse.ca
Texto: MARC-ANDRÉ BOISVERT

domingo, 29 de diciembre de 2013

Komoé recauda 807 euros en la lotería de Navidad y entrega en Córdoba una cesta navideña

Este año no hemos tenido suerte y el premio Gordo de la Lotería de Navidad ha pasado de largo pero en la Asociación Komoé estamos igualmente satisfechos por la colaboración de socios, amigos y personas que creen en nuestros pequeños proyectos y que nos han ayudado a vender la lotería de Navidad o han comprado alguno de los boletos del número 56.232

Entre los boletos vendidos en distintos puntos de España también se sorteaba un lote de productos navideños, que finalmente fue vendido en Córdoba y que el agraciado recibió en su casa para celebrar las fiestas navideñas.

Tal y como os informábamos cuando pusimos a la venta nuestra lotería navideña, todo lo que hemos recaudado con la venta de las participaciones se destinará a nuestro proyecto educativo en el Liceo de Abobo, situado en uno de los barrios más deprimidos de la ciudad de Abidjan, y donde queremos poner en marcha un comedor escolar para los alumnos del centro que cuenten con menos recursos.

La venta de la lotería navideña nos ha permitido sumar otros 807 euros a los 1.658 euros que Komoé recaudó en la celebración de su III Encuentro Benéfico que tuvo lugar en Pontevedra el pasado mes de septiembre. Por el momento nuestro comedor ya cuenta con 2.465 euros, lo que supone la primera aportación que nos permitirá arrancar con este proyecto solidario para el que seguiremos trabajando en los próximos meses.

Muchas gracias por vuestra colaboración. 

Feliz Navidad y Próspero Año 2014


sábado, 21 de diciembre de 2013

Lotería de Navidad para nuestro proyecto educativo

Un año más la Asociación Komoé quiere felicitaros las fiestas y desearos un 2014 lleno de ilusiones y alegrías para todos vosotros y vuestras familias. Este 2013 lo terminamos con muchas esperanzas puestas en los nuevos proyectos de la asociación, que a pesar de ser actuaciones modestas, sin duda se convertirán en grandes aportaciones de cariño y solidaridad con el pueblo marfileño.

La venta de lotería de Navidad de este año ha sido todo un éxito para Komoé con la colaboración no sólo de los socios, sino también de amigos que han querido contribuir comprando su participación o vendiendo algún talonario. Todo el dinero que Komoé recaude a través de la venta de la lotería, será destinado a la creación de un comedor escolar en el Liceo de Abobo, uno de los barrios más marginados de la ciudad de Abidjan.

Esta iniciativa requiere de un gran esfuerzo económico que supondrá la puesta en marcha de un servicio imprescindible en el centro educativo, donde muchos de sus 4.000 alumnos, carecen de medios para al menos disfrutar de una comida diaria.

Por ellos tenemos que cruzar los dedos para ver si este año la suerte llega desde Costa de Marfil y en el sorteo de Navidad del día 22 nuestro número sale premiado.

Felices Fiestas a todos y Feliz 2014


sábado, 14 de diciembre de 2013

Los turistas podrán obtener el visado marfileño a su llegada al país


El Gobierno de Costa de Marfil ha puesto en marcha desde el pasado 25 de noviembre la obtención del visado biométrico en el Aeropuerto Internacional Félix Houphouët-Boigny de Abidjan. Este visado está pensado especialmente para turistas e inversionistas que llegan al país. El Ministro de Estado del Interior y de Seguridad de Costa de Marfil, Hamed Bakayoko, dijo que esta iniciativa permitirá a los que vienen a Costa de Marfil y que no han podido obtener el visado "podrán solicitarlo a su llegada. Este es un gran paso adelante".

El coste del visado biométrico varía en función de donde sea expedido. Fuera de Costa de Marfil el visado cuesta cuesta 50 euros o 32.750 francos CFA, mientras que en el aeropuerto de Abidján, cuesta 70 euros, o 45.850 francos CFA. Se trata de un visado válido de hasta un máximo de 3 meses y una única entrada en el país. Los visados de tres días a un año de vigencia con múltiples entradas tienen sin embargo un coste de 130 euros o 58.150 fracos CFA siempre que se expidan en el aeropuerto.


El solicitante tiene la oportunidad de realizar una pre-inscripción on line a través de SNEDAI y después recibe una confirmación por mail que lleva impreso un código de barras que contiene toda la información del viajero. A la llegada al aeropuerto el viajero debe presentar en el servicio de visados:

- El documento de confirmación de su solicitud
- Fotocopia de las cinco primeras páginas de su pasaporte
- El pasaporte en vigor al menos por los próximos 6 meses
- El recibo original del pago de las tasas
- El billete de ida y vuelta o documento de compra de billete electrónico

La visa biométrica, que será emitida en menos de 3 minutos, se imprime y se coloca sobre el pasaporte. 

El Director General SNEDAI (empresa que hace estos visados ​​electrónicos), Adama Bictogo argumentó que "se requiere la e-visa para todo el mundo por medidas de seguridad". Este servicio de visas biométricas estará operativo desde este mes operativas a partir de la próxima semana. 

Actualmente en España el visado biométrico se obtiene exclusivamente en la Embajada de Costa de Marfil en Madrid, lo que obliga al viajero a desplazarse a Madrid para solicitar este visado personalmente, ya que requiere de la toma de huellas dactilares, y reconocimiento de iris.

Costa de Marfil espera entre 100 000 y 150 000 turistas en los próximos cinco años, es el cuarto país de África en adoptar este sistema en la expedición de visados ​​después de Senegal, Kenia y Ruanda. 

Recorrido por Costa de Marfil

TIKEN JAH: "Plus rien ne m'etonne" ("Ya nada me asombra")